jueves, 30 de octubre de 2008

Halloween

Ayer concurrieron varios eventos, pero el más importante fue sin duda la celebración ancitipada de Halloween, quedando en un triste y desmerecido segundo plano la fiesta organizada por los senegaleses. Siendo Halloween, tocaba disfrazarse de alguna forma para llegar al Giggling a lo grande y deslumbrar a los allí presentes. Y así sucedió.


Haciendo uso hábil de ingentes cantidades de laca (gracias Lucas), spray verde para el pelo, gominas, geles, pinturas varias, y combinando todo aquello con ropa hortera, me convertí en lo que aparece en la foto. Alen en su papel de protagonista de La Naranja Mecánica, y yo de... JOKER!!! El único, inimitable y genuino Joker, embutido en unos pantalones rojos de espacio reducido y que amablemente me cedió Pedro.

Así que después de interminables sesiones de maquillaje, fuimos para la discoteca toda suerte de personajes en forma de supermanes, vampiros, bolsas de basura humanas, brujas, y combinaciones mutantes de todo lo anterior, con el único objetivo de sorprender a los allí presentes. Y así fue. Finalmente, el saldo de la noche fue positivo para todos, menos para Lucas, que fue arrestado por la policía (literalmente, con furgón y noche en calabozo incluida) por romper una lámpara de juguete del Giggling, puesta con motivo de Halloween. Nos lo esperaríamos de todos menos de él Y es que en este país, a uno le meten entre rejas por cualquier cosa.


martes, 28 de octubre de 2008

Visitas

¡Más de una semana sin publicar nada! No os pegueis el tiro en la boca todavía, que vengo aquí para difundir novedades: un 4 en finés. Nada de asustarse aún, que la noticia, a pesar de no parecerlo, es buena: aquí en Finlandia se puntúa sobre 5. Así que oficialmente puedo decir que tengo mis primeros créditos fineses, que pronto pasarán por la máquina burocrática de la UPM para convertirse en créditos FI (de la Facultad de Informática). Tampoco es que sea exactamente así, pero sirve a modo de idea. Mi nota queda un poco desmerecida, si digo que el examen lo ha aprobado hasta el pulpo (o, al menos, casi todos sus tentáculos), y, además, Maite (fallera menor) ha quedado por encima de mí (el diablo te lleve).

Por lo demás, el viernes marché para Helsinki unos días con mis padres, que han venido aquí a visitarme. El domingo se subieron para Lappeenranta y les hice un tour por el sitio. Es irónico el que tus padres conozcan más tu destino que tú mismo, porque han descubierto rincones de Lap que ninguno de nosotros hemos visitado aún. Lo mismo en Helsinki. Supongo que parte del poder de los padres reside en que te obligan a hacer visita cultural, en vez de paseo pasivo por las calles sin rumbo fijo.

Hoy marchan, así que me voy a despedirles a la estación de tren. Esto último me sirve como perfecta excusa para saltarme una presentación con mi grupo de Local Area Networks, y además tengo coartada, porque ayer enseñando la yliopisto a mis padres, Jesse, líder del grupo de trabajo, nos vió y saludó. Con lo cual, no puede ni debe pensar que le estoy tomando el pelo... todo está saliendo según lo previsto.

lunes, 20 de octubre de 2008

Semana de exámenes

Y en realidad digo mal, porque mi semana de exámenes ha empezado y terminado hoy mismo, durando exactamente una hora escasa.

Mi único examen ha sido Finnish I, asignatura que se ha cogido hasta el pulpo (indistinta nacionalidad la del pulpo) por eso de saber los basics de finés. Contenido del examen, bastante chorra: saber presentarse, preguntas básicas, vocabulario de comida, saberse los colores, y ya cosas un poco más raras como el genitivo, el partitivo, y conjugación de verbos en presente. Y es que el finés es raro raro raro, porque en este idioma no hay futuro. Si quieres decir "Iré a comer a tu casa" pues tienes que decir "Mañana como en tu casa", o algo inteligente que se te ocurra, pero que tenga sentido y no te haga parecer lelo.

Balance de mi examen, pues aprobaremos todos (casi todos al menos) porque en general ha sido fácil, salvo excepciones que tienen todos los exámenes, y que evitan que saques un 10. En este caso, había que saber decir pan de molde (vaalea leipä), y que, por razones obvias, nadie ha sabido. Eso sí, todos hemos tirado por la misma calle: poner leipä, que es pan normal, y allí nos las den todas.

Ahora, una semana de vacaciones y sin clases, aunque planeen sobre nosotros varios practical assignments que tenemos que entregar antes de que acabe Octubre. La siguiente tanda de exámenes ya nos toca al final del segundo periodo, allá por Diciembre, pero en eso no se piensa. El resto de la gente, pues que siga de exámenes. Eso pasa por meterse a estudiar cosas como Bussiness, Chemical Engineering, y demás entretenimientos inventados antes de ayer por la tarde (jeje).

Para todos los que me pedís que me prodigue con mi finés, y con el examen como excusa, aquí van varias perlas que hacen que uno triunfe en Finlandia (otra cosa es con quién):

Hei! Mina olen Alfonso. Olen kaksikymmentäkaksi-vuotias. Olen vaihto-opiskelija. Puhun englantia, espanjaa ja puhun vähän suomea. Moi moi!

El significado de estas frases me las guardo, porque si no las tonterías que se esconden tras las mismas acaban con todo el espíritu élfico que las acompaña. El que pueda y tenga ganas, que se ponga a adivinar.

viernes, 17 de octubre de 2008

Karaoke

Con el objetivo de evitar el plan de todos los miércoles de beber en mi casa y luego Giggling Marlin, di un toque innovador a mi vida y marché para el karaoke con toda la pipol (lo siento, pero es que la palabra pipol aquí es comparsa de cualquier cosa que uno quiera decir).


Lo que caracteriza principalmente al local es el karaoke, por razones obvias, pero también una incansabla panda de borrachuzos fineses, que no dudan en darte conversación sin moraleja, o simplemente el coñazo. Esto, sin embargo, no es propio sólo de los karaokes de Finlandia, sino de Finlandia entera. En la foto, la pedoflas que se nos acercó a darme la tabarra, y Masa poniendo cara de asco.

Momentazo de la noche, cuando se nos ocurrió pedir Bohemiam Rhapsody. Hubo quien nos llamó locos antes de salir, inconscientes o descerebrados, pero cuantos más saliéramos a cantar, mejor saldrían los coros de la canción. Al final no nos dieron ningún premio, y tampoco nos invitaron a nada. De hecho, irresponsable de mí, se me ocurrió pedir un cocktel que en este país hacen tan bien: craso error, ha sido el cócktel más caro que yo he pagado desde que pisé Finlandia. Para terminar, pues remate de la noche con una de Giggling Marlin, que, como sabreis los que me seguís, los miércoles cobra un módico precio de 0 euros para entrar.

Al final el día de karaoke será oficialmente, y a partir del día presente, los jueves, que es cuando menos finés borracho hay por allí según los dueños del local. Al menos conocen a su clientela.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Swiss evening

Y es que el otro día, Lucas y sus dos amigotes suizos que han venido a visitarle estos días reservaron la casa del lago que hay enfrente de la uni. Invitados: todo el que pasara por allí. Sólo había que llevar un bañador para la sauna (quien quisiera, que aquí hay muchos que van en bolingas por Finlandia en momentos de sauna), y un estómago listo para una fondu de queso y alcohol a cascoporro. Lo bueno de este queso es que luego te dejaba un aliento delicioso. De eso que te da gusto hablar con la gente después para ver cómo torcían el gesto.


Como siempre, el proceso fue el mismo. Primero una sauna de 15 minutos y con cervecita fresca para refrigerarse en el proceso. Luego, fuera a bañarse a la gélida agua del lago, paseo a 5 grados por allí (el frío, para los no iniciados, no se nota a la salida de la sauna) y vuelta a la sauna otro rato. Una vez saunados, dentro de la casita otra vez a probar productos suizos, que como ya he dicho, consistían en una fondu, macarrones con queso suizo, chocolate suizo, y licores suizos de esos que suben que no veas (hubo carrera de shots entre la spanish pipol ante la atónita mirada de los presentes)

En la foto, Alen y yo probando el pan mojado en el queso suizo. AAAAAAWESOME!!!!


Tallinn

Después de la odisea que supuso llegar hasta Tallinn, una vez allí la cosa no dejó de complicarse. Como nos habíamos dejado también en el hostal los papeles de la reserva del hostal en Tallinn (en donde venían unas oportunas indicaciones para llegar hasta él), empezamos a vagar por el mundo sin rumbo fijo. A base de caminar sobre el empedradísimo suelo de Tallinn, que debió ser en su época (y sigue siendo) una máquina de tortura, conseguimos encontrarlo.



Dejados los bártulos a eso de la hora de comer, marchamos para el estadio de furbo (o fumbo, nunca de fútbol) a hacer cola. Detalles y anécdotas aparte, dejo aquí alguna foto del partido. Mención especial a Julie, Masa, Pavel y Lucas, que siendo francesa, japonés, checo y suizo respectivamente, se convirtieron en afición española en toda regla, a base de pinturas, gritos y locuras varias. Eso sí, Pavel hizo una traición a medias, porque aunque acabó disfrazándose de español, también compró el mítico gorro de los estonios. Se le perdona. En la foto, él y sus cuernos. No me pregunteis cómo acabó el partido porque no lo recuerdo, estuvimos a todo menos a eso. Ganar, ganamos. Ya por cuánto no sé.

Después del partido, discoteca, dormir en el hostal y un rato de no-visitar Tallinn (lo dejo para otra ocasión, cuando vengan mis padres por ejemplo). Lo única conclusión que saqué fue que han convertido a la ciudad en una especie de parque temático medieval, con campesinos disfrazados regalando cosos garrapiñados por todos lados. Para terminar cogimos el ferry con destino Helsinki para pillar un tren que nos llevara de vuelta a Lappeenranta. En la foto, la "pipol" en la cubierta del barco del horror, llamado así porque se movía como mil demonios.


martes, 14 de octubre de 2008

Abandono de Riga, camino a Tallinn

Como he dicho, se llegó de fiesta a eso de una hora y media antes de que saliera el autobús que nos tendría que llevar a Tallinn. Dijimos de tumbarnos un rato corto en la cama, hasta que quedara una hora para marcharse. Nada tendría por qué salir mal, pero el destino es caprichoso.

Yo, como todos los demás, caí en un plácido sueño que me transportó a un lugar lejos de la habitación del hostal. Tan lejos, que sólo desperté ante un grito histérico adormilado. Jordi ya había entrado en trance. Al grito de "que son las 8 y 10, que no llegamos" y con espasmódicos movimientos, Jordi hizo que nuestros nervios se fundieran en cuestión de segundos. A todo esto, Banis se desperezaba en la cama tranquilamente, como si fuera dueño del espacio-tiempo y pudiera prolongar estos agónicos minutos.

Pero el asunto no era tan fácil como salir del hostal e irse a la estación de autobuses: después de dos días en el hostal, todavía había que pagar en mierdoskis (así llamábamos al dinero letón) la estancia, y la de recepción llevaba encima una parsimonia que no podía con ella. Pagamos, y salimos a la calle... ¡oh my God! mi pijama se ha quedado debajo de la almohada de mi cama. Dejé mi maleta en plena calle preguntándome si la "pipol" me habría dejado tirado ante tan apocalípticas circunstancias, y subí los escalones de 8 en 8. Ahí andaba mi pijama; volví a bajar, salí a la calle... y me encontré con una escena de una película de Groucho Marx: la "pipol" se había echado a correr, pero nadie sabía dónde. El motivo fue que ninguno se preocupó de mirar por dónde caía la estación de autobuses, con lo cual en vez de ser una carrera a la estación de autobuses, la ida a la estación se convirtió en una carrera a la perdición:

Maño corriendo con mi maleta de mano, con el paso de un enano de las montañas. Jordi con sus gráciles andares de pato mareado, con un movimiento de piernas que no se asemeja al de ningún mamífero conocido debido a su arrítimico contoneo. La gente que salía al paso por la calle (dos personas vimos) era ferozmente asediada por Jordi, con preguntas cómo "where is the bus station?!?!?!" pero a gritos. Sin embargo, los letones son como los cubanos: dehpasito. Si el prójimo tiene prisa, a mí que no me salpiquen. Abandonando al señor que quería ayudarnos por este motivo con un cortante "a tomar por saco oiga!", seguimos corriendo sin rumbo hasta que felizmente llegamos a la calle principal de Riga. Nosotros corríamos, pero el protagonista de la mañana, Jordi, seguía haciendo de las suyas: ahora, pasando a la fase de gritos aderezados con florecientes lágrimas, gritaba por detrás de nosotros "UN TAXII, COGED UN TAXIIIII". Haciendo caso omiso a la locura que ya se había apoderado totalmente de él, y que no le abandonaría hasta pasadas varias horas, parte de nosotros seguimos corriendo. No habían pasado ni 10 segundos, cuando un taxi pasó a la velocidad del coche fantástico con nuestro protagonista chillando "taxi taxi, cogeros un taxi", mientras lanzaba un billete de 20 euros por la ventanilla. Suerte que en Letonia la moneda oficial es el euro... ¡ah pues no!.

Viendo que el taxi de semejante personaje se alejaba en el horizonte, no hubo más remedio que coger otro taxi en el que nos metimos cinco personas con sus cinco equipajes. Echando los pulmomes casi por la boca, atontamos al taxista a base de gritarle "bus station" repetidamente. Cuando se recuperó de su amago de taquicardia, el taxista arrancó y nos dejó en la estación de autobuses. No importa lo humilde u honesto que seas, porque en Riga la persona más honesta es un traficante... y los taxistas también caminan por esa cuerda. Cuando le dimos los 20€ para pagar el taxi, el hombre pensó "yo no tengo euros, así que allí me las den todas". Cogió los 20 euros, dibujó una demoníaca sonrisa en sus labios, y desapareció con ellos.

Llegamos a nuestro autobús, y cuando llegamos a la puerta: "¿Quién tiene los billetes?". "Yo no!", "Pero si los tenías tú!", "Los que estén a favor que griten muerteeeeeeee". Los billetes se habían quedado en el hostal, en la mesa de recepción cuando fuimos a pagar. Inocentes nosotros, preguntamos al autobusero "We lost the tickets, can we get into the bus?", a lo que él contestó con un seco "Of course not". Nos quedábamos encerrados en Riga hasta más ver, perdidos, ya habían pasado más de cinco minutos de las 8 y media... pero el autobusero mostró atisbos de no ser sólo un ruso hijo de satanás, sino una persona humana: se acercó a la oficina con nosotros, preguntó a una mandada si estábamos en la lista de pasajeros, y listo. Todos al autobús camino a Tallinn, ante la mofa y burla general del autobús entero. Letones, yo os maldigo.

Riga

Procedo a contaros lo acontecido estos días en Riga y Tallinn, obviando detalles para evitar que esto se convierta en el Pentateuco. El plan de viaje desde Lap a Riga tampoco tiene demasiado misterio, así que haré un skip hasta nuestra llegada a Riga.

Ya llegados por la noche, y el hostal encontrado, nos arrejuntamos con Debon (apelativo místico-cachondo de Deborah), amiga de Lara y estudiante Erasmus en Riga. Como buena erasmus y nada más llegar, nos llevó de fiesta por Riga, más en concreto, a un bar underground. Al bar, según nos contó Debon, le precedía la fama, porque un tío se había liado a tiros contra el techo días antes. Finalmente, el local quedó dominado por nosotros de tal manera, que los barmans se vieron obligados a ambientarnos con Escape (SKA-P para los más puristas). La música nos reveló que Pavel (natural de la República Checa) sabe muchas más canciones de ska-p que cualquiera de nosotros... nos contó que por esas tierras triunfaron mucho (lega-legalizacion...). Bebida barata y a lo grande, que además en Letonia todo es muy barato, al menos comparado con Finlandia.


Vuelta al hostal con historias de extintores aparte, y de pedoflas, que diría Banis (en la foto las consecuencias de la pedoflería), a dormir un rato y al día siguiente a visitar Riga. Riga, también conocida como SIN-CITY: ciudad de pistoleros, pilinguis y maleantes. Maleantes de todas las edades, aunque los más peligrosos resultaron ser los de 12 años, que tan pronto te pedían dinero como te ofrecían mujeres con toda la naturalidad. Y es que por lo que nos enteramos, Sin-City es una ciudad chunga y de extremos: o uno es pobre , o es rico y va en limusina (la densidad de limusinas en Riga es escandalosa).

Aparte de esto, paseo ocioso por Riga, visita de monumentos varios, y subida al hotel más alto de Riga con vistas a la ciudad entera. Esto último no lo contaría si no fuera porque Lucas y yo, aburridos de esperar al ascensor, nos lanzamos a subir los 26 pisos del hotel por las escaleras. Para el tamaño de la hazaña, la recompensa acabó siendo mísera: un triste capuccino que acabó casi costando el riñón derecho. En la foto, Lucas y yo sudando como perros nada más batir el récord que hayamos batido (aunque al final todo el mundo llegara antes que nosotros).


Ese viernes por la noche, vuelta al bar del día anterior para entrar en calor, y luego a una discoteca famosa de Riga a la que amablemente también nos llevó Debon. Dimos la fiesta por semi-acabada a las 7 de la mañana, porque hora y media más tarde salía nuestro autobús hacia Tallinn... Lo que pasaría a continuación merece un post aparte.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Trips!

El propósito de esta entrada no es otro que anunciar el abandono "temporal" del blog. ¡Nada de asustarse!. El motivo es que mañana a media tarde salimos para Riga y no volvemos hasta el domingo por la noche.




El plan de viaje es un rato complicado:
  1. A las 14:30 cogemos un tren en Lappeenranta hacia Tampere
  2. Cogemos el avión Tampere-Riga a las 20:50 y llegamos a Riga sobre las 22:00
  3. Nos tiramos en Riga esa noche, y el día siguiente entero haciendo lo que se tercie, que será un poco de turismo cultural, y luego turismo jocoso-nocturno.
  4. A las 08:30 del sábado cogemos un autobús hacia Tallinn, y llegamos allí a medio día. Nos daremos una vuelta por Tallinn, que dicen que se ve en un día, y ese mismo día por la noche... ¡A VER A LA ROJA! que juega la selección, y los españoles tenemos una taquilla aparte para comprar las entradas en el estadio
  5. Seguiremos por Tallinn el domingo por la mañana, hasta que cojamos el ferry que nos lleva a Helsinki
  6. Fin del viaje, cogemos un tren de Helsinki a Lappeenranta
  7. Todos los preparativos del viaje han entrado en conflicto estos días con el condenado visado que hay que sacarse para entrar en Rusia, con motivo del trip a San Petersburgo en Noviembre. Y son tantos los detalles, y tan paranoicos los rusos, que no merece la pena ni ponerse a contar nada. A la vuelta del viaje de esta semana, crónica.

martes, 7 de octubre de 2008

Balance universitario

Habiendo empezado la universidad el 29 de Agosto, y con mes y medio de clases a mis espaldas, creo que me veo capaz de hacer una comparativa más o menos precisa con la uni en España.


El hacerlo es difícil, porque yo en Madrid estudio en un campus donde sólo está mi facultad, y punto. Aquí en cambio, el complejo universitario alberga a todas las facultades bajo un enorme edificio. La vida universitaria y el ambiente, mucho mejores que en España, aunque eso ya lo supiera antes de venir aquí: fiestas que organizan los alumnos o relaciones internacionales, clubes de poker, hiking, frisbee, asociaciones deportivas... y el mejor de todos, el de RITMO LATINO. Y es que me he tenido que venir hasta Finlandia para aprender a bailar salsa. Eso sí, si no hubiera sido por lo persuasiva que es mi compañera de baile, Magali, no estaría apuntado ;) .

Con respecto a las clases, pues me he perdido unas cuantas por culpa de tanta vida nocturna, que aquí llevamos vida de murciélago. Aquí sí que es bastante diferente en relación con España, o al menos, con mi facultad. Parte de las clases de una asignatura son teóricas (vienen llamándose lectures) y la otra parte son prácticas, en los laboratorios de informática. Las lectures, aburridas a más no poder, pero porque aquí se lleva mucho lo de dar clase por transparencias. Como todo está colgado en Internet, uno es presa del sueño pendiente, y cae en un profundo letargo... a no ser que haya cerca un Michael, un Rémi o un Oskar que te despierten a golpes. Como podeis observar, en las lectures nos solemos dedicar a perder el tiempo: en la foto, yo, Anaël con cara de demonio, Michael e Ibrahim, muy tapado por Michael eso sí.

Por otro lado, las sesiones prácticas están más entretenidas: cada uno, en su ordenador, y mientras tanto el profe va haciendo cosas en el suyo y proyectando, para que puedas seguir lo que hace. Este tipo de clases suelen acabar en largas sesiones de facebook o messenger. Lo de los horarios, y esto sí que es diferente, es una verdadera locura. Aquí no pasa como en España, que todas las semanas tienes lo mismo a la misma hora: cada semana, el horario cambia, y asignaturas que, por ejemplo, tenías un viernes por la mañana, dejan de existir a la semana siguiente. El nivel docente muy bueno, como esperaba, aunque esto va sobre todo por nuestra profesora de finés, Elina, que está haciendo maravillas con nosotros. A ver si me prodigo con mi finés en el blog un día de estos.

Vida académica aparte, iba a dedicarle unas líneas al menú de la yliopisto, pero me doy cuenta de que se resumen rápidamente: arroz, carne picante, salmón, pan negro, arroz, patata hervida, pasta, arroz, salsa picante, salmón, salchichas, ensaladas... ah, y se me olvidaba, arroz y salmón. Sin embargo, no hay queja posible, porque a los estudiantes nos sale el menú por 2,5€ de media, que es la mitad que en la facultad.

Una cosa curiosa es el asunto de la llave magnética que todos los estudiantes tenemos. Consiste en una llave que abre zonas comunes de la universidad cuando la universidad cierra. Con lo cual, el día que nos dé por colarnos en la universidad a las 3 de la mañana para hacer el chorras, pues uno puede coger su llave magnética y liarla en alguna de las salas comunes. Ese momento no ha llegado aún, porque si da pereza ir a la universidad de día, de noche es todavía peor.

Bueno, hoy creo que toca trabajar por primera vez desde que pisé Finlandia, porque en Local Area Networks nos acaban de meter dos proyectos de agárrate que vienen curvas, que aquí les va mucho lo de mandar un proyecto grande, y luego tener que exponerlo en clase durante una hora. Marcho a "hacer algo", o como diría Anegrette (natural de Alemania), "I'm going to pretend I do something".

lunes, 6 de octubre de 2008

Sauna days

Después de estar una semana entera sin escribir (perdón a mis lectores que ya ayer me echaron bronca), me he animado a contar algo recién levantado. Ahora mismo me doy cuenta de que mi clase del lunes va a empezar en escasos cinco minutos, con lo cual la lecture de hoy me la tendré que saltar.


De todas maneras, estos días han estado cargados de cosas, principalmente de pases de película multitudinarios en mi casa, fiestas varias, y sobre todo saunas, que todas las semanas nos pasamos dos veces por la sauna. Leo ahora en el mail de la uni que Virpi, jefaza de asuntos internacionales, que "remind Karankokatu residents as well the others, that silence in LOAS apartments starts at 23 and ends at 6", que, traducido al español de calle, viene siendo "dejad de hacer ruido como locos hasta las tantas". Se habrá quejado algún rancio probablemente. Pero este mail no ha sido nada más que una mala táctica intimidatoria, así que de momento, no se le prestará mucha atención.

Con respecto a las sesiones de sauna, el otro día reservamos la sauna privada de Karanko para un rato de infierno en vida. Nos apuntamos Banis, Juande y yo, e invitamos a Magali y Ula, que se vinieron desde Punkerikatu.

Por si no lo había dicho ya alguna vez, que seguro que sí, Magali es la de la izquierda, de Portugal , y Ula la de la derecha, polaca. Para los que no lo sepan, e proceso de una buena sauna más o menos consiste en: entrar en la sauna, estar 15 minutos, ducha de agua fría, descansar 10 minutos, y volver a entrar a la sauna otros 10. Al final resultó que la sauna privada, a diferencia de la común, no está rota, y aguantar esos primeros 15 minutos sin darte la correspondiente ducha de agua helada se hace imposible.

Ya que Magali y Ula se habían venido desde Punkerikatu hasta aquí, y como quien no quiere la cosa, las invitamos a una spanish dinner muy improvisada, eso sí. Me tocó, por enésima vez desde que llegué aquí, hacer tortilla de patata (que según los comensales ha sido la mejor que he hecho hasta hoy). Ahí acabó lo que viene siendo la parte "spanish" de la cena, porque luego comimos palitos de pescado y hamburguesas quemadas.

Ula, que era la única que no conocía la tortilla de patata, quedó impresionada de tal manera, que se vio en la obligación de devolvernos la invitación para una polish dinner próximamente. En las fotos, los comensales, y la tortilla que quedó al final.


Y con respecto a lo que se viene encima esta semana, pues se nos anima encarecidamente desde la universidad a acudir a la fiesta temática de este miércoles en el Giggling, en esta ocasión, LAS VEGAS PARTY. El mail que nos lo anuncia nos dice que llevemos todo el dinero que podamos (es exagerado lo que les gusta a los fineses el juego), y que habrá champán y pijadas varias, así que contaré detalles del evento por este blog. ¡Prometo escribir más!