sábado, 29 de noviembre de 2008

Yatta!!

Y por fin llegó la tan esperada fiesta japonesa, organizada por nuestros tres japoneses más sociables Sho, Daisuke y Masa (Kyoko no entra en este grupo de gente; está como una chota, pero no es sociable).


Ya antes de bajar a la sala común de Karanko, donde nos habían convocado, subía por las escaleras de la residencia un olor a comida como jamás se había olido desde que yo pisé este país. Y la norma a seguir en estos casos siempre es la misma: si huele bien, acude a la hora a la que has sido convocado, o no probarás nada. Así que como clavos estuvimos. Menú muy variado y como nunca habíamos visto antes, sobre todo porque fueron cantidades industriales de comida, enviada directamente desde Japón.

Empezó la fiesta con el típico caldo de patatas hervidas y verduras que siempre aparecen comiendo los dibujos japoneses, todo ello acompañado por ingentes cantidades de maki y platos con un arroz cubierto de caviar rojo y más cosas que nunca acerté a distinguir. Visto que no podía comer mucho por la cantidad de gente que había, tuve que seguir la vieja táctica de meterme en la cocina para ir catando todo lo que salía de los fogones: pollo frito, una especie de tortilla japonesa de la cual no recuerdo su nombre, nigiri y el tan codiciado sushi. A todo eso le sumamos gambas, pescado crudo en salsa de soja, pan de arroz, y sake caliente, y tenemos una bomba de relojería en mi estómago. La susodicha bomba cerca estuvo de explotar cuando probé, inocente de mí, un poco de wasabi, también llamada "crema venenosa japonesa" (Annegret, yo te maldigo).

En definitiva, una de los mejores fiestas "temáticas" que se han organizado hasta la fecha, de la que me llevé un buen recuerdo de mis colegas japos en forma de alfabeto japonés, y un dibujo de son gokuh y doraemon. Está colgado ya en mi habitación.


PD: desde hoy, he sido bautizado por masa, sho y daisuke como Alfonso-sama.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Freedom for Lucas

Son días de trabajo en la yliopisto. Y aunque sea la primera vez que lo diga aquí, llevamos casi dos semanas trabajando (casi) como negros. El motivo, trabajos encadenados unos con otros, que te quitan gran parte del tiempo que podrías estar dedicando a cabrioladas en la nieve. Sin ir más lejos, ayer nos tuvimos que quedar hasta más allá de las diez y media de la noche en la universidad para terminar un report... y es que con el cuento de que la universidad abre 24 horas, y que ciertas herramientas de trabajo sólo puedes usarlas en la facultad, no te queda otra que morirte de asco y terminar allí.

Suerte que ayer, a la salida de la uni a esas horas intempestivas, había organizado un concierto del grupo que se ha montado aquí Kevin, ingeniosamente llamado Freedom for Lucas (para pillarlo teneis que remontaros al post de Halloween). Por un lado, Kevin a la guitarra y cantando, Michael a la guitarra, y luego le seguían una serie de personajes. Entre ellos, Enrique que tocaba el bajo, y tres fineses más que se había agenciado Kevin para suplir la falta de un pianista, un saxofonista y un batería. Aunque la mezcla pudiera haber resultado insípida y aburrida, todos los presentes fuimos gratamente sorprendidos, principalmente gracias a Kevin que es el que realmente tiene madera de artista. Será porque es de Senegal. En la foto, Michael y Kevin.

PD: Kevin será de Senegal, pero es más blanco que el papel.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Portuguese evening

Los sábados siempre es día de fiesta tranquis, después de salir a saco los viernes. Como dice Maño, "Alfon, tú en estas fiestas estás en tu salsa", y será verdad porque suele ser de lo mejor de la semana aunque no pase nada muy trascendente.


Para la fiesta de sábado de esta semana, Magali y Joao organizaron una "noche portuguesa" (a pesar de que el único idioma que aprendí esa noche fuera japonés). Lo que tenía la noche de portuguesa fue toda la comida que habían enviado los padres de Joao y Magali a Finlandia, consistente en bacalao, atún, chorizo portugués, y castañas. Estas últimas generaron un poco de polémica pues todo el mundo se las quería apropiar como de su tierra, tirando abajo el mito de que son típicas de Portugal: "En Oviedo esto se come todo el otoño", "¿En París ésto? todos los días", "Por Madrid, en Navidad, cada vez que salgo a la calle". Discusión sin moraleja ni conclusión. Eso sí, el Albarinho (que no Albariño que se enfadan los portugueses) que llegó de Portugal, muy bueno.

Por lo demás, entre plato y plato, todos abrigados afuera para fundirnos a bolazos de nieve. La duración de estas batallas de nieve estos primeros días suele estar en función de lo que tarda en caerte una bola dentro de la capucha, momento en el cual uno suele retirarse temporalmente. A pesar de que la noche acabara con anécdotas varias, el protagonismo se lo acabó llevando una partida de twister de incontables participantes., provocando posturas de las que no puedo dejar testimonio aquí.

Acabada la fiesta, me di cuenta de que el ultimo autobús había pasado, así que vuelta a casa a pata a una temperatura de unos cuantos grados bajo cero. Menos mal que la compañía no fue mala.

PD: en estas fiestas, siempre toca enseñarle a bailar el aserejé a alguien. Es lamentable, pero el público lo pide.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Y llegó para quedarse

Eso es. Ya leisteis hace días que aquí había nevado una noche de sorpresa, y algo de nieve había cuajado. Pues bien, tanto nevó la noche siguiente a aquella, que Lappeenranta amaneció esa mañana blanca como la leche, y desde así sigue y seguirá hasta marzo según las previsiones.


Karanko amaneció nevado como podeis ver en la foto, regalándonos oportunas pendientes por las que deslizarnos con mi recién comprado trineo. Caída la nevada, varias actividades imprescindibles que hacer, aparte de la hacer el moñas con el trineo. Por ejemplo, sauna y luego rebozarse por la nieve a una temperatura deliciosa de -5 grados, con Lucas llenándote el bañador de nieve. En la foto, cuando salimos a la nieve entre sauna y sauna.


Sin embargo, la nieve, siendo como es tan blanca, frágil e inocente, esconde tras esta máscara de bondad una faceta destructora. Su primera víctima, mi bicicleta, y por ende, mi bolsillo: me levanté una de estas mañanas para ir a la yliopisto, y mi rueda delantera no giraba porque entre ella y el guardabarros había un bloque de hielo. Solucionado el problema, marché para la uni y aparqué la bici donde siempre, en el parking de alumnos; a la vuelta, la nieve había hecho estragos en los mecanismos de mi bicicleta: la llave no entraba en el cerrojo, las ruedas no andaban, y lo peor de todo, las marchas no funcionaban. Solución, irse al centro y comprarse el abono de autobús, previo pago de 56€, y de ahí que mi bolsillo se lamente.

Por último, aquí dejo testimonio de los primeros bolazos de nieve con Alen, que se suceden con estratosférica frecuencia desde hace dos días. Y así seguiremos.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Primera nevada

Estaba haciendo hoy el trabajo que tengo que entregar para mañana, y que está lejos de ser terminado por cierto... cuando unos sonoros golpes han aporreado mi puerta. Era la Judit, que gritaba escandalosamente "QUE ESTÁ NEVANDO!". En un primer momento, pensé que era locura catalana transitoria, y que a la Judit le había dado por joder la marrana... cuando me he asomado al balcón para ver:


¡NIEVE EN KARANKO! Las previsiones acertaron como ya aventuraban los más osados, el domingo nevaría en Lappeenranta ya fuera mañana, tarde o noche. La nieve, blanca, pura, virgen... y además cuaja, así que espero que mañana por la mañana esté todo blanco como la leche y pueda ir a la yliopisto sorteando graciosos muñecos de nieve. Parte mala del asunto, que el suelo estará mortalmente resbaladizo, así que iré despacio para que no me pase como al pobre Joao Pedro (víctima de un serio golpe en bici que no merece broma pues se lo tuvieron que llevar a Helsinki en ambulancia).


En el caso de que mañana nos levantemos con Lappeenranta nevada, prometo hacer un reportaje pre-navideño del paisaje.

PD: me congratula saber que este post ha sido ganador en la carrera de "a ver quién es el primero que escribe en su blog sobre la primera nevada". Quedan por detrás de mí Maño, Alen, Juanmi, los franceses... y tanta gente que se ha visto privada de poseer la exclusiva. He dicho.

lunes, 10 de noviembre de 2008

San Petersburgo

Siendo Rusia, y en especial Leningrado, los protagonistas de la crónica del viaje, no prometo que sea corta, que cuatro días han dado para mucho.


Y es que el jueves salimos a las 8 de la mañana para San Petersburgo, a partir de ahora referida en este post como Leningrado, que así fue llamada por muchos años, y además es más corto de escribir. El viaje de ida hacia allá no merece más comentario que el que, a pesar de que Leningrado esté más cerca que Helsinki desde Lappeenranta, se tarda catorce veces más. La explicación a esto no es otra que, entre fineses y rusos, hay que bajarse del autobús y pasar por toda suerte de controles para evitar que puedas matar a alguien, o dinamitar un teatro lleno de gente.

San Petersburgo se ha revelado como la ciudad del oro y el mármol, hecha toda de una vez y por encargo de la dinastía Romanov, pensada para ser visitada en dos meses y no en cuatro días. Con 600 palacios que visitar (no es un número al azar, son los que hay), el trip no daba para tanto, así que hubo que hacer selección de lo más importante. Con respecto a visitas importantes, la del palacio de verano de los zares, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, la Catedral de San Isaac (foto izquierda), el Hermitage, y la Catedral de la Sangre Derramada, esta última en la foto de arriba siendo testigo del típico baile ruso de dos payasos.

No todo fue cultura en estado puro, sino que había organizadas varias actividades. Y es que sin pretenderlo, una de ellas se convirtió en lo mejor de estos días: RUSSIAN DINNER. Se anunciaba como una cena en un típico restaurante ruso, con música folk, con vodka ruso. Sin embargo, desconocíamos cómo son las típicas cenas y brindis rusos: antes de empezar a comer, hay que beber un primer chupito de vodka brindando por algo importante (en nuestro caso creo que fue la salud), y luego oler pan ruso, para despues darle un bocado. Ya entonces puedes empezar a comer comida rusa... hasta que han pasado escasos minutos. Entonces viene el segundo chupito, en el que ahora hay que brindar por la amistad. Siguiendo esta costumbre de cenar, empezaron a encadenarse brindis de vodka ruso por motivos absurdos que no recuerdo, pero que servían como mala excusa para seguir bebiendo. Esto también es típico ruso, no fue cosa nuestra.

Varias anécdotas que resaltar del viaje, principalmente dos: la primera, que estando tan ricamente después de la cena rusa en una discoteca muy famosa de por allí, entraron veinte geos rusos con sus correspondientes pasamontañas y metralletas (no es exageración), pararon la música, y nos tuvieron retenidos dentro un buen rato sin música ni nada. Los rumores iban desde que había drogas por medio (lo cual no tiene sentido porque si no, uno no entra con armamento) hasta que había una amenaza de bomba. Al final todos al hotel de una pieza.

La otra anécdota tiene que ver con la histérica legislación rusa. Y es que en ningún metro de Rusia se pueden hacer fotos por si eres un checheno y quieres volar el metro. Yo no conocía la norma, así que me lié a hacer fotos. En la salida del metro, me esperaban dos "agradables" policías que "amablemente" me hicieron borrar las fotos y ponerme la multa correspondiente de 100 rublos.

En fin, gran ciudad la de San Petersburgo, que merece otra visita aunque sea pequeña en mayo, a la vuelta del viaje a Moscú. Como foto final, la del Palacio de Invierno con el río Neva:



PD: En Leningrado, el capitalismo ha entrado hasta la cocina.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Hasta nunca Mr. Donkey!


Me he levantado hoy por la mañana con la gran noticia de que Barack Obama ha ganado las elecciones americanas, y se me ha venido a la cabeza la imagen de Jorge W. Bush convirtiéndose en polvo cósmico.

Y es que hoy el pueblo de Estados Unidos se pregunta insomne qué hizo para merecer uno de los peores presidentes que han pasado por la Casa Blanca: ha empobrecido a su país, desprestigiado a sus fuerzas armadas, recuperado los tribunales militares, degradado la democracia, legalizado la tortura, ha alentado el banderín de enganche de los terroristas, y avergonzado en suma a amigos y aliados de América.

Como pequeño homenaje al merecido ganador, aquí subo el infinitamente reproducido Yes we can, el cual me cuesta dejar de oir:



Enhorabuena

lunes, 3 de noviembre de 2008

Madrugón

Me animo a escribir en el blog principalmente porque tengo desde las 8 de la mañana una cara de tonto que no puedo con ella, y no sé en qué gastar el tiempo. El caso es que esta mañana nos hemos levantado a horas intempestivas, a las 7 de la mañana más o menos, para ir a clase de Local Area Networks. Yo como no me sé el horario todavía, ya que aquí cambia cada semana según quiera el profesor de turno, delegué toda responsabilidad en Alen acerca de enterarse de cuándo y dónde fueran las clases. Craso error.

Una vez preparados, la rutina de siempre, a coger la bici y a la yliopisto, con la diferencia de que hoy es el día más frío desde que estoy en Finlandia: unos 0 grados o así. Lástima que hoy haga más frío que ayer, y menos que mañana (las temperaturas deliciosas están por llegar todavía).

Llegados a la uni, ya sin sensibilidad alguna en las manos, vamos para nuestra clase encontrándonos casualmente con Nana (o Mister Schedule), que nos dijo algo así como "¿seguro? porque de eso yo creo que no hay clase". Yo todavía confiaba plenamente en mi flatmate, así que no se me pasó por la cabeza dudar de si había clase o no... sin embargo, se iba a confirmar otra vez que todas las novedades académico-universitarias de Alen se convierten en sonoros fracasos informativos. No había clase en ningún lado: madrugón para nada, mi sangre hierve... y vuelta a casa.

Lo único que me anima es ver cómo ya están puestos los palitos que marcan el camino a las quitanieves por los caminos y carreteras, y la improvisada pista de patinaje sobre hielo cerca de la residencia. Definitivamente, este invierno en Lappeenranta no será como el pasado, como ya aventuraban algunos: será como el que les gusta a los paisanos: mucho frío, y mucha nieve. Porque aquí -5 grados no es frío, palabras de mi profe de finés el otro día; lo bueno es llegar a -20, y que nieve tanto que tengas que cargar con la bici al hombro todo el camino hacia la universidad. Y vuelta, claro.