Justo antes de que el caos se adueñara de los aeropuertos europeos, y muy especialmente del de Barajas (España no está preparada para el frío), me volví para Finlandia, previa escala en Praga.
A mi vuelta a Finlandia, nieve para parar un tren, pero no para parar a las máquinas quitanieves que hacen su trabajo como deberían, y no como en España, donde tres copos de nieve colapsan al país entero, por lo que se puede leer en las noticias desde aquí. El día de la llegada no dio para mucho porque estábamos reventados, así que a descansar hasta el día siguiente.
El viernes por la tarde, Heini Arola, en su papel de organizadora de fiestas para Erasmus, montó una en el Student Union's basement para los nuevos estudiantes extranjeros, vodka de por medio como siempre. Para no perder las viejas costumbres, a la vuelta de la fiesta en la Student, otra más en la lavandería con los nuevos extranjeros. A estas alturas, es insultante y denigrante para este blog y su creador el decir qué se hace un viernes, después de una laundry party. Pero como es el primer post de este año y la primera salida, lo diré: GIGGLING MARLIN. Sé que la gente que no ha venido nunca a Finlandia y sigue el blog es como si hubiera estado ya en el Giggling, así que no daré mucho detalle. Reencuentro con parte de la gente que estuvo el primer semestre y se ha quedado, y con los amigos fineses.
Aunque mereciera un post aparte por la experiencia que ha supuesto, contaré aquí de paso la aventura de hoy sábado. Levantados a horas intempestivas después de la noche de ayer, mi flatmate y yo decidimos bajar al lago, del que decían que estaba más helado que los pies de un santo. Y no se equivocaba la rumorología (era más que obvio que iba a estar helado que por aquí estuvieron a -17º hace escasos días). Para nuestra sorpresa, había organizado un campeonato de "vela" sobre el lago helado, con el clásico puesto de salchichas para alimentar al personal.
Y como dos valientes, nos tiramos a andar por encima del lago sin rumbo. Esta caminata, aunque pudiera parecer inofensiva e inocente, puede suponer un riesgo moderado para uno mismo, ya que el hielo es traicionero y no entiende de buenas maneras. Por este motivo, y también porque a Alen el frío le ha vuelto bastante más torpe, éste se cayó al helado suelo del lago tres veces, a cuál más ridícula. Yo tampoco me libré: caí sólo una vez, aunque mi golpe estuvo cerca de causarme una hemorragia cerebral masiva debido al golpe de mi cabeza contra el hielo.
Estas han sido las venturas y desventuras de Fray por Finlandia estos dos primeros días, pero habrá más y mejores, que ahora la condiciones climatológicas se vuelve más que adversas. Se vuelven infernales, apocalípticas, exterminióticas (esto último me lo inventé). Más novedades, más posts.
PD: esta última foto es en el medio del lago helado, que parece una llanura nevada pero no, es el Saimaa helado pero con una nevada encima, y sus orillas, al foooondo.
La informática y su poder se pasea de nuevo por nuestras vidas, esta vez en Finlandia, a modo de proyecto de la asignatura "Wireless Service Engineering". Con ayuda de mi sabiduría (y bueno, en parte gracias a Alen también), un Nokia N810 a nuestra casi entera disposición, y el portátil de Juande, hemos conseguido programar una aplicación que controle remotamente desde el Nokia el ratón y el teclado del portátil. La razón por la que tuvimos que usar el portátil de Juande es que el Windows Vista de mi ordenador es absolutamente lamentable, y no deja que mi Bluetooth funcione como Dios manda.
