lunes, 11 de mayo de 2009

Semana del dolor

Después de este inexcusable parón de más de dos semanas sin escribir, retomo el blog no sin cierto apuro, debido a que ha empezado oficialmente mi semana de exámenes en la LUT, a la que gentilmente he bautizado como "semana del dolor".

Con una cantidad de cinco exámenes a cuál más horrible, ya con uno a la espalda y seguramente aprobado, serpentea mi vida estos días por pronlongadas sesiones de programación o de estudio, con el único fin de aprobar 60 ECTS para volver a España con quinto curso. Es gracioso el que esté aquí en Finlandia mucho más estresado que en España en época de exámenes, principalmente porque me juego más. No veo el momento de que llegue el jueves por la tarde para terminar todas mis obligaciones académicas en Finlandia, que ya se vuelven bastante cargantes. Lo único bueno que le encuentro a ésto es que la asignatura que más he odiado este año, Pattern Recognition, al final me ha acabado gustando, y si hubiera sido mi única asignatura este año la hubiera acabado disfrutando, ya que percibo que en realidad me ha servido para algo. Todavía no sé muy bien para qué, pero para algo.

En cuanto al resto, iba a dedicarme a contar cosas ociosas en mi vida, pero desde hace una semana no las hay, debido a lo que acabo de comentar. Sólo me queda tiempo para empezar a echar de menos Finlandia, pues me vuelvo para Madrid en escasos días. Es ahora cuando sé que llegado a España me invadirá una morriña que me durará meses, y con mala suerte, años. Es difícil evitar el pensar acerca de ésto, si cada vez que te encuentras con alguien por la vida, te dice dos posibles cosas "¿Cuándo te vas?" o "Me voy la semana que viene". Pero ya se sabe. Es tontería temer lo que no se puede evitar.

Como último apunte es agradable contar que todo ha recobrado el color verde que el Otoño se llevó, y de vez en cuando Finlandia nos regala un día de 20 grados y un Sol que caliente, que aquí sabe a gloria bendita. Hablando de Sol, hemos llegado a un punto en el que anochece a las 10 de la noche, y a las 3 de la mañana empieza a haber luz en el cielo. Es parte de la experiencia finesa, pero justo al contrario de lo que pasaba en Noviembre, cuando a las dos de la tarde era casi de noche. Hay que tener cuidado con desvelarse a las cuatro de la mañana, porque eso implica hacer esfuerzos polifémicos para volverse a dormir con la intolerable cantidad de luz que atraviesa mis "cortinas", que perfectamente pudieran pasar por papel cebolla.

Cuando acabe este periodo de castigo diario con cuerpo de exámenes, retomaré esto con más calma y más ganas, oséase, a partir de este jueves, que es cuando termino. Más y mejor en breves.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

pero oiga usted, usted q se piensa oiga, q esto es jauja???
(todo esto dandote golpes en el brazo)