martes, 3 de febrero de 2009

Esquiando

Hoy la novedad entró en nuestras vidas, y muy en particular en la mía, porque nos hemos ido a hacer una cosa que no habíamos hecho nunca desde que llegamos: esquiar. La universidad organizaba un viaje a unas pistas de esquí que están a menos de una hora de Lappeenranta. Por el módico precio de 10 euros podías entrar a la pista, y por el forfait (me encanta la palabra) te cobraban 8€, cosa que en España vale 45€. Con lo cual, por 18 euros, podías estar esquiando 3 horas tranquilamente.


De momento, lo mejor que he hecho desde que llegué a Finlandia este semestre, junto con el patinaje. Sin embargo, y siendo la primera vez que esquío en mi vida, la experiencia ha resultado mucho más gratificante que mi primer día patinando. Después de comerme alguna valla y caerme cuesta abajo con peligro real de partirme una pierna, mis destrezas como esquiador novel han mejorado notablemente gracias a la amable ayuda de una tutora finesa que venía con nosotros. Me ha enseñado lo único que necesitaba saber para cualquier deporte de hielo/nieve: frenar. Con el freno, uno puede hacer lo que le dé la gana sin miedo a acabar de lleno en el bosque o trasquilar a alguien accidentalmente.

He estado a punto de ser eclipsado (y digo a punto, que al final ha habido ciertos momentos de motivación que han hecho que me sorprenda de mí mismo) por varios masters del esquí. Por ejemplo, Josephine (ventajas de vivir en los Alpes), Lucas, o Marcel, que después de ver mis progresos me ha puesto el apelativo de ROCK STAR.

Gran día éste. A la vuelta, nos pasamos por el cumpleaños de Bea para rematar, y de paso comer algo de gratis. El próximo miércoles habrá otra excursión a esquiar organizada por la Student, así que prometo volver.

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