lunes, 3 de noviembre de 2008

Madrugón

Me animo a escribir en el blog principalmente porque tengo desde las 8 de la mañana una cara de tonto que no puedo con ella, y no sé en qué gastar el tiempo. El caso es que esta mañana nos hemos levantado a horas intempestivas, a las 7 de la mañana más o menos, para ir a clase de Local Area Networks. Yo como no me sé el horario todavía, ya que aquí cambia cada semana según quiera el profesor de turno, delegué toda responsabilidad en Alen acerca de enterarse de cuándo y dónde fueran las clases. Craso error.

Una vez preparados, la rutina de siempre, a coger la bici y a la yliopisto, con la diferencia de que hoy es el día más frío desde que estoy en Finlandia: unos 0 grados o así. Lástima que hoy haga más frío que ayer, y menos que mañana (las temperaturas deliciosas están por llegar todavía).

Llegados a la uni, ya sin sensibilidad alguna en las manos, vamos para nuestra clase encontrándonos casualmente con Nana (o Mister Schedule), que nos dijo algo así como "¿seguro? porque de eso yo creo que no hay clase". Yo todavía confiaba plenamente en mi flatmate, así que no se me pasó por la cabeza dudar de si había clase o no... sin embargo, se iba a confirmar otra vez que todas las novedades académico-universitarias de Alen se convierten en sonoros fracasos informativos. No había clase en ningún lado: madrugón para nada, mi sangre hierve... y vuelta a casa.

Lo único que me anima es ver cómo ya están puestos los palitos que marcan el camino a las quitanieves por los caminos y carreteras, y la improvisada pista de patinaje sobre hielo cerca de la residencia. Definitivamente, este invierno en Lappeenranta no será como el pasado, como ya aventuraban algunos: será como el que les gusta a los paisanos: mucho frío, y mucha nieve. Porque aquí -5 grados no es frío, palabras de mi profe de finés el otro día; lo bueno es llegar a -20, y que nieve tanto que tengas que cargar con la bici al hombro todo el camino hacia la universidad. Y vuelta, claro.

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