martes, 7 de octubre de 2008

Balance universitario

Habiendo empezado la universidad el 29 de Agosto, y con mes y medio de clases a mis espaldas, creo que me veo capaz de hacer una comparativa más o menos precisa con la uni en España.


El hacerlo es difícil, porque yo en Madrid estudio en un campus donde sólo está mi facultad, y punto. Aquí en cambio, el complejo universitario alberga a todas las facultades bajo un enorme edificio. La vida universitaria y el ambiente, mucho mejores que en España, aunque eso ya lo supiera antes de venir aquí: fiestas que organizan los alumnos o relaciones internacionales, clubes de poker, hiking, frisbee, asociaciones deportivas... y el mejor de todos, el de RITMO LATINO. Y es que me he tenido que venir hasta Finlandia para aprender a bailar salsa. Eso sí, si no hubiera sido por lo persuasiva que es mi compañera de baile, Magali, no estaría apuntado ;) .

Con respecto a las clases, pues me he perdido unas cuantas por culpa de tanta vida nocturna, que aquí llevamos vida de murciélago. Aquí sí que es bastante diferente en relación con España, o al menos, con mi facultad. Parte de las clases de una asignatura son teóricas (vienen llamándose lectures) y la otra parte son prácticas, en los laboratorios de informática. Las lectures, aburridas a más no poder, pero porque aquí se lleva mucho lo de dar clase por transparencias. Como todo está colgado en Internet, uno es presa del sueño pendiente, y cae en un profundo letargo... a no ser que haya cerca un Michael, un Rémi o un Oskar que te despierten a golpes. Como podeis observar, en las lectures nos solemos dedicar a perder el tiempo: en la foto, yo, Anaël con cara de demonio, Michael e Ibrahim, muy tapado por Michael eso sí.

Por otro lado, las sesiones prácticas están más entretenidas: cada uno, en su ordenador, y mientras tanto el profe va haciendo cosas en el suyo y proyectando, para que puedas seguir lo que hace. Este tipo de clases suelen acabar en largas sesiones de facebook o messenger. Lo de los horarios, y esto sí que es diferente, es una verdadera locura. Aquí no pasa como en España, que todas las semanas tienes lo mismo a la misma hora: cada semana, el horario cambia, y asignaturas que, por ejemplo, tenías un viernes por la mañana, dejan de existir a la semana siguiente. El nivel docente muy bueno, como esperaba, aunque esto va sobre todo por nuestra profesora de finés, Elina, que está haciendo maravillas con nosotros. A ver si me prodigo con mi finés en el blog un día de estos.

Vida académica aparte, iba a dedicarle unas líneas al menú de la yliopisto, pero me doy cuenta de que se resumen rápidamente: arroz, carne picante, salmón, pan negro, arroz, patata hervida, pasta, arroz, salsa picante, salmón, salchichas, ensaladas... ah, y se me olvidaba, arroz y salmón. Sin embargo, no hay queja posible, porque a los estudiantes nos sale el menú por 2,5€ de media, que es la mitad que en la facultad.

Una cosa curiosa es el asunto de la llave magnética que todos los estudiantes tenemos. Consiste en una llave que abre zonas comunes de la universidad cuando la universidad cierra. Con lo cual, el día que nos dé por colarnos en la universidad a las 3 de la mañana para hacer el chorras, pues uno puede coger su llave magnética y liarla en alguna de las salas comunes. Ese momento no ha llegado aún, porque si da pereza ir a la universidad de día, de noche es todavía peor.

Bueno, hoy creo que toca trabajar por primera vez desde que pisé Finlandia, porque en Local Area Networks nos acaban de meter dos proyectos de agárrate que vienen curvas, que aquí les va mucho lo de mandar un proyecto grande, y luego tener que exponerlo en clase durante una hora. Marcho a "hacer algo", o como diría Anegrette (natural de Alemania), "I'm going to pretend I do something".

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