viernes, 17 de octubre de 2008

Karaoke

Con el objetivo de evitar el plan de todos los miércoles de beber en mi casa y luego Giggling Marlin, di un toque innovador a mi vida y marché para el karaoke con toda la pipol (lo siento, pero es que la palabra pipol aquí es comparsa de cualquier cosa que uno quiera decir).


Lo que caracteriza principalmente al local es el karaoke, por razones obvias, pero también una incansabla panda de borrachuzos fineses, que no dudan en darte conversación sin moraleja, o simplemente el coñazo. Esto, sin embargo, no es propio sólo de los karaokes de Finlandia, sino de Finlandia entera. En la foto, la pedoflas que se nos acercó a darme la tabarra, y Masa poniendo cara de asco.

Momentazo de la noche, cuando se nos ocurrió pedir Bohemiam Rhapsody. Hubo quien nos llamó locos antes de salir, inconscientes o descerebrados, pero cuantos más saliéramos a cantar, mejor saldrían los coros de la canción. Al final no nos dieron ningún premio, y tampoco nos invitaron a nada. De hecho, irresponsable de mí, se me ocurrió pedir un cocktel que en este país hacen tan bien: craso error, ha sido el cócktel más caro que yo he pagado desde que pisé Finlandia. Para terminar, pues remate de la noche con una de Giggling Marlin, que, como sabreis los que me seguís, los miércoles cobra un módico precio de 0 euros para entrar.

Al final el día de karaoke será oficialmente, y a partir del día presente, los jueves, que es cuando menos finés borracho hay por allí según los dueños del local. Al menos conocen a su clientela.

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