lunes, 6 de octubre de 2008

Sauna days

Después de estar una semana entera sin escribir (perdón a mis lectores que ya ayer me echaron bronca), me he animado a contar algo recién levantado. Ahora mismo me doy cuenta de que mi clase del lunes va a empezar en escasos cinco minutos, con lo cual la lecture de hoy me la tendré que saltar.


De todas maneras, estos días han estado cargados de cosas, principalmente de pases de película multitudinarios en mi casa, fiestas varias, y sobre todo saunas, que todas las semanas nos pasamos dos veces por la sauna. Leo ahora en el mail de la uni que Virpi, jefaza de asuntos internacionales, que "remind Karankokatu residents as well the others, that silence in LOAS apartments starts at 23 and ends at 6", que, traducido al español de calle, viene siendo "dejad de hacer ruido como locos hasta las tantas". Se habrá quejado algún rancio probablemente. Pero este mail no ha sido nada más que una mala táctica intimidatoria, así que de momento, no se le prestará mucha atención.

Con respecto a las sesiones de sauna, el otro día reservamos la sauna privada de Karanko para un rato de infierno en vida. Nos apuntamos Banis, Juande y yo, e invitamos a Magali y Ula, que se vinieron desde Punkerikatu.

Por si no lo había dicho ya alguna vez, que seguro que sí, Magali es la de la izquierda, de Portugal , y Ula la de la derecha, polaca. Para los que no lo sepan, e proceso de una buena sauna más o menos consiste en: entrar en la sauna, estar 15 minutos, ducha de agua fría, descansar 10 minutos, y volver a entrar a la sauna otros 10. Al final resultó que la sauna privada, a diferencia de la común, no está rota, y aguantar esos primeros 15 minutos sin darte la correspondiente ducha de agua helada se hace imposible.

Ya que Magali y Ula se habían venido desde Punkerikatu hasta aquí, y como quien no quiere la cosa, las invitamos a una spanish dinner muy improvisada, eso sí. Me tocó, por enésima vez desde que llegué aquí, hacer tortilla de patata (que según los comensales ha sido la mejor que he hecho hasta hoy). Ahí acabó lo que viene siendo la parte "spanish" de la cena, porque luego comimos palitos de pescado y hamburguesas quemadas.

Ula, que era la única que no conocía la tortilla de patata, quedó impresionada de tal manera, que se vio en la obligación de devolvernos la invitación para una polish dinner próximamente. En las fotos, los comensales, y la tortilla que quedó al final.


Y con respecto a lo que se viene encima esta semana, pues se nos anima encarecidamente desde la universidad a acudir a la fiesta temática de este miércoles en el Giggling, en esta ocasión, LAS VEGAS PARTY. El mail que nos lo anuncia nos dice que llevemos todo el dinero que podamos (es exagerado lo que les gusta a los fineses el juego), y que habrá champán y pijadas varias, así que contaré detalles del evento por este blog. ¡Prometo escribir más!

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